Que mejor título para recordar aquel maravilloso y emocionante día.
Donde unos de mis sueños se cumpliría, el poder estar al lado de ella, quien si no, mi devoción más grande y la tuya más, sin duda, la DIVINA PASTORA.
Recuerdo aquel día con mucha alegría y agradecimiento hacia a ti y también por que no decirlo se me han derramado algunas lágrimas muchas veces cuando recuerdo aquel día.
Donde llegue a Motril y la iglesia estaba cerrada…. Me envolvió la tristeza de no poder ver a tal Reina porque necesitaba de su mirada Divina para que me diera fuerza en mí caminar….
Pero cuál fue mi sorpresa que al ir a tú floristería, y al decir que estaba cerrada sin ningún tipo de duda te ofreciste a abrirme la casa de la Divina Pastora para poder tener esa conversación que tanto necesitaba.
No me lo creía…. No me creía que iba a entrar a su casa e iba a estar a solas con ella hablándole, mientras habrías la cancela me contabas lo grande que es para ti la Divina Pastora y todo lo que hace por ti “Ella es la autentica Madre de Dios” me decías.
“A ella podrás acudir siempre que tengas algún problema, ella te ayudará”.
Llego el momento abriste la puerta principal de su casa, y entre oscuridad allí estaba ella, llena de dulzura y alegría, de amor y simpatía, de gloria y pureza, la Madre de Dios, la DIVINA PASTORA.
No nos hacía falta ningún tipo de foco, ni lámpara, su cara era la luz que nos hacia caminar hacia ella, emocionado me acerque a ella.
Me decías: “bésala, tócala, rézale hasta cuando te canses”.
Ambos estábamos delante de la Divina Pastora , rezándole, hablándole….
No veíamos el momento de irnos y dejarla, era como si nos pidiera que nos quedáramos un poco más haciéndole compañía.
Después de haber estado …. Iba a decir lo suficiente acompañándola, pero por mucho tiempo que se pase delante de Pastora nunca será lo suficiente.
Te di las gracias no se cuantas veces… la verdad por que las repetí una y otra vez.
Dos días después llego su último día de septenario e la Divina Pastora , y al acabar la Santa Misa , tú hijo me llamo para ayudar a bajar a la Madre de Dios para que el pueblo besará sus Divinas manos, “como si fuese engordado 100 kilos” (como se suele decir….) un gran orgullo para mí el poder bajar a Pastora de su altar y tenerla entre mis brazos, no cabía en mí.
Al besarle la mano tu bien sabrás lo que sentiría, tu bien lo sabes… ¿para que explicártelo?
Una vez más me llamaron esta vez para subirla de nuevo a su altar, era tal la emoción que yo tenía que ni podía le tuve que dar un “empujón” a mi primo para que fuese a ayudar.
Y llego su día ella salio triunfante llena de gloria a las calles, y allí estabas tú en la antigua comisaría esperándola a tú Divina Pastora para verla un año más por las calles.
¡Y la petalada por fin! Allí estábamos preparados para que se deslicen con dulzura miles de pétalos rozándole la cara! Llenos todos de emoción y alegría todo sea dicho……
¿Quién hubiese dicho que esa iba a ser tú última petalada Manuel?
Lo fue… tristemente lo fue…..
Semanas después iríamos tú hijo Antonio y yo a rezarle a la Divina Pastora por tí para que no sufrieras, ese día aunque estábamos delante de “tú Divina Pastora” el sentimiento no era de alegría si no de tristeza al ver que te ibas….
Y llegó el día en que decidiste dejar a los tuyos, la Divina Pastora te necesitaba allí con ella y allí estás.
Nunca se me olvidará ese día Manuel y sabes que aunque no te conocí mucho, te e rezado y seguiré.
Hoy he escrito esta entrada en honor a ti Manuel, por ser tu cumpleaños, allí donde estas te pido que ayudes a los tuyos, y decirte que este año nos esforzaremos para que la petalada a la Divina Pastora sea más grande que ningún año.
GRACIAS MANUEL, GRACIAS
QUE LA DIVINA PASTORA Y EL SEÑOR DEL PERDÓN “TÚ MANUEL” TE GUARDEN, DESCANSA EN PAZ.
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